Saludos y Abrazos

Les saludo a todos con mucho cariño y con un abrazo fuerte deseando que al leer estas palabras se encuentren alegres y llenos de paz. Quizás no nos conozcamos pero dado que nos encontramos aquí les ofrezco mi amistad pura, sencilla y sincera, especialmente a los más tristes y solos. Me gusta conocer a las personas porque cuando cruzamos caminos y no nos saludamos, quizás jamás en toda la vida nos volvemos a ver y perdemos la gran riqueza de añadir las experiencias compartidas de momentos alegres y almacenar los recuerdos. Pues ya compartí un trozo de mi vida. Con los brazos abiertos les pido que me permitan mirarles a los ojos para poder ver a Jesús. Mi corazón grita por dentro y añora su presencia como añora el venado el dulce corriente de agua de los ríos. Dejar que Jesús se acercara a mí ha sido la mejor decisión de mi vida. Ya no tengo miedo. ¿Te animas?